En nuestro país existe una fuerte tradición de jugar a la Lotería de Navidad. El gasto medio previsto para el sorteo de este año es de 52 euros por persona, es decir, un promedio de dos décimos además de alguna participación. Los matemáticos afirman que participar en este y otros juegos de azar es una auténtica ruina. Y dicen más: cuanto más juegas, más pierdes.
Las probabilidades de que nos toque un premio (incluidos los reintegros) el próximo 22 de diciembre son sólo de un 15%. Y si nos referimos a la probabilidad de que nos toque el gordo, que al final es lo que queremos, es de 1 entre 100.000; es decir, tan sólo un 0,001%... Por tanto, la mejor opción desde el punto de vista matemático es no jugar.
Bien es cierto que en estas fechas la lotería tiene unas connotaciones que no podemos obviar: ilusión, esperanza, compartir con nuestro entorno el deseo de un futuro mejor... Nos vemos por ello muchas veces abocados a jugar un número considerable de décimos y repartimos participaciones con familiares, compañeros de trabajo, amigos...
Las probabilidades de que nos toque un premio (incluidos los reintegros) el próximo 22 de diciembre son sólo de un 15%. Y si nos referimos a la probabilidad de que nos toque el gordo, que al final es lo que queremos, es de 1 entre 100.000; es decir, tan sólo un 0,001%... Por tanto, la mejor opción desde el punto de vista matemático es no jugar.
Bien es cierto que en estas fechas la lotería tiene unas connotaciones que no podemos obviar: ilusión, esperanza, compartir con nuestro entorno el deseo de un futuro mejor... Nos vemos por ello muchas veces abocados a jugar un número considerable de décimos y repartimos participaciones con familiares, compañeros de trabajo, amigos...
El hecho de comprar varios décimos del mismo número nunca aumentará las probabilidades de ganar la lotería, pero eso sí, hará que el premio -si nos toca- sea mayor. Por otra parte, comprar bastantes décimos de números diferentes, lógicamente, sí aumenta la probabilidad de premio, pero tampoco de forma significativa. Por ejemplo, si pasamos de 1 décimo a 10 décimos de números diferentes la probabilidad subirá del 0,001% al 0,01% y con 100 décimos alcanzaremos el 0,1%.... En definitiva, que matemáticamente seguimos muy lejos de tener una oportunidad significativa de ser los afortunados.
Las probabilidades en otros juegos de azar son incluso mucho menores:
- Quiniela: 1 entre 5.000.000
- Lotería Primitiva: 1 entre 14.000.000
- Cuponazo de la ONCE: 1 entre 15.000.000
- Gordo de la Primitiva: 1 entre 31.000.000
- Euromillón: 1 entre 76.000.000
Vaya, que es mucho más probable que nos caiga un rayo (probabilidad estimada de 1 entre 3.000.000).
El mensaje que quiero transmitir con todos estos datos no es que dejemos de jugar, sino que seamos conscientes de que no tiene sentido gastar mucho dinero con la falsa creencia de que así será más fácil lograr una economía desahogada. Por tanto, juguemos moderadamente y busquemos en paralelo otras maneras de lograr nuestros sueños... En todo caso, ¡que haya suerte!
Las probabilidades en otros juegos de azar son incluso mucho menores:
- Quiniela: 1 entre 5.000.000
- Lotería Primitiva: 1 entre 14.000.000
- Cuponazo de la ONCE: 1 entre 15.000.000
- Gordo de la Primitiva: 1 entre 31.000.000
- Euromillón: 1 entre 76.000.000
Vaya, que es mucho más probable que nos caiga un rayo (probabilidad estimada de 1 entre 3.000.000).
El mensaje que quiero transmitir con todos estos datos no es que dejemos de jugar, sino que seamos conscientes de que no tiene sentido gastar mucho dinero con la falsa creencia de que así será más fácil lograr una economía desahogada. Por tanto, juguemos moderadamente y busquemos en paralelo otras maneras de lograr nuestros sueños... En todo caso, ¡que haya suerte!
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