Llegan las fechas navideñas y, con ellas, días de compras, comidas familiares y de empresa, regalos, momentos de ocio... en definitiva, un montón de motivos para gastar. Aunque, con la situación económica que tenemos encima, es muy probable que no nos podamos permitir tanto dispendio. Es más, me atrevería a decir que, si no hacemos algo al respecto, es seguro que empezaremos el año mucho peor de lo que terminaremos este, habremos gastado el sueldo de diciembre, la paga extra (los que todavía la tengan...), tal vez incluso parte de los ahorros y llegará puntual a su cita la famosa "cuesta de enero" que se hará eterna una vez más.
¿Por qué no aprovechar precisamente estas navidades para cambiar el chip? ¿Es realmente necesario tanto consumo y tanto gasto en estas fechas? ¿Nos va a permitir esto ser más felices, estar más a gusto con nuestra familia, que nos aprecien más los amigos? ¡No! ¿Por qué no aprovechar entonces y centrarnos en lo que de verdad tiene de bueno este momento del año? Cultivemos la amistad, disfrutemos de la familia, aprovechemos nuestros momentos de ocio... pero seamos responsables a la hora de consumir y gastemos lo necesario, no más.
Cierto es que el concepto "necesario" es muy subjetivo, pero ahí debemos mirar cada uno nuestro bolsillo y no pasarnos de lo que razonablemente nos podamos permitir. Al hacer las compras comparemos siempre varias alternativas y no nos dejemos llevar por los impusos. Organizar una comida familiar no tiene que ir aparejado necesariamente con los manjares más suculentos y caros del mercado, disfrutemos de la compañía con una comida más sencilla. Al pensar en los regalos no nos dejemos llevar por su valor económico, centrémonos en detalles donde cuente más el valor sentimental.
En definitiva, aprovechemos el momento para lo que de verdad importa: disfrutar de unos días especiales, pero sin torpedear nuestra economía doméstica. Actuemos con responsabilidad. Lo mejor de todo es que encima seremos más felices... ;-)
¿Por qué no aprovechar precisamente estas navidades para cambiar el chip? ¿Es realmente necesario tanto consumo y tanto gasto en estas fechas? ¿Nos va a permitir esto ser más felices, estar más a gusto con nuestra familia, que nos aprecien más los amigos? ¡No! ¿Por qué no aprovechar entonces y centrarnos en lo que de verdad tiene de bueno este momento del año? Cultivemos la amistad, disfrutemos de la familia, aprovechemos nuestros momentos de ocio... pero seamos responsables a la hora de consumir y gastemos lo necesario, no más.
Cierto es que el concepto "necesario" es muy subjetivo, pero ahí debemos mirar cada uno nuestro bolsillo y no pasarnos de lo que razonablemente nos podamos permitir. Al hacer las compras comparemos siempre varias alternativas y no nos dejemos llevar por los impusos. Organizar una comida familiar no tiene que ir aparejado necesariamente con los manjares más suculentos y caros del mercado, disfrutemos de la compañía con una comida más sencilla. Al pensar en los regalos no nos dejemos llevar por su valor económico, centrémonos en detalles donde cuente más el valor sentimental.
En definitiva, aprovechemos el momento para lo que de verdad importa: disfrutar de unos días especiales, pero sin torpedear nuestra economía doméstica. Actuemos con responsabilidad. Lo mejor de todo es que encima seremos más felices... ;-)
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