Conocemos como "gastos hormiga" las pequeñas compras que realizamos en el día a día en productos que podríamos considerar prescindibles y de pequeño importe, pero que suponen un gasto importante al cabo del año por la frecuencia con que se producen. Precisamente por ser gastos individualmente reducidos, no les damos mucha importancia, pues solemos fijarnos sólo en los grandes gastos (hipoteca, préstamo del coche, teléfono, luz, comedor escolar...) y por ello es fácil que se escapen a nuestro control. Sin embargo, considerados en su conjunto y puestos en un contexto anual, nos pueden provocar un desajuste importante en las cuentas del hogar.
Ejemplos de gastos hormiga serían compras frecuentes de café, periódico, tabaco, refrescos, comidas fuera de casa, pequeños caprichos... Veamos con tres ejemplos qué pueden suponer en un contexto anual:
- 2 cafés al día a un precio de 1,20 € --> 876 euros al año
- media cajetilla de tabaco diaria a un precio de 4,30 € --> 785 euros al año
- desayunar fuera de casa en días de trabajo a un precio de 2,5 € --> 605 euros al año
Otra fuente de gastos hormiga son aquellos productos necesarios para el día a día en los que no prestamos especial atención al precio por ser este muy reducido. Un buen ejemplo sería la barra de pan que compramos a diario. Entre comprar una barra a 85 céntimos y comprarla a 45 céntimos los 365 días del año el ahorro llegaría a casi 150 euros.
Otra fuente de gastos hormiga son aquellos productos necesarios para el día a día en los que no prestamos especial atención al precio por ser este muy reducido. Un buen ejemplo sería la barra de pan que compramos a diario. Entre comprar una barra a 85 céntimos y comprarla a 45 céntimos los 365 días del año el ahorro llegaría a casi 150 euros.
Cada uno tiene sus propios gastos hormiga en función de sus hábitos. Lo importante es tener en cuenta que en las familias que no llevan un control diario de su economía, los gastos hormiga suponen una fuga dinero difícil de detectar. Vamos a dar a continuación unas pautas para controlarlos. Con este sencillo método, podremos detectarlos y actuar para conseguir ahorros importantes:
1º) En primer lugar, debemos apuntar durante un mes completo todos nuestros gastos en efectivo. Para ello podemos utilizar el método clásico de llevar con nosotros una libreta o recurrir al uso de un smartphone. Existen bastantes aplicaciones destinadas a ello; os recomiendo dos: All Budget para iphone y AutoHome Economy para Android.
2º) A continuación, anotaremos para cada gasto si es "esencial" o "no esencial". Es decir, se trata de indentificar partida por partida cuáles son imprescindibles y cuáles prescindibles. Con ello tendremos ya una idea del dinero que se nos va del bolsillo todos los meses en este tipo de gastos.
3º) El siguiente mes haremos la misma operación, pero en esta ocasión, cada vez que vayamos a realizar una compra "no esencial" aplicaremos la regla de los 10 segundos: antes de incurrir en el gasto nos tomaremos este tiempo para pensar si realmente necesitamos o no hacerlo. Intentaremos evitar al menos una parte de ellos discriminando entre aspectos que son necesarios para nuestra satisfacción personal y los que no.
Este método funciona, si bien te recomiendo no eliminar drásticamente todos los gastos prescindibles. En lugar de quitarlos de raíz, te propongo fijarte un presupuesto mensual para cada partida. Piensa bien un patrón razonable de gasto que consideres que puedes llegar a cumplir intentando sacrificarte un poco pero sin llegar a agobiarte. Una forma de comenzar podría ser que ese presupuesto fuera del 50% sobre lo que estés gastando en estos momentos.
Otra manera de encararlo sería fijarse un objetivo de ahorro semanal. Si por ejemplo nos proponemos un ahorro de 12 euros semanales en este tipo de "pequeños caprichos", lograríamos ahorrar al cabo del año nada menos que 600 euros.
Si lo consigues, ese dinero que vas a ahorrar lo puedes dedicar a cosas más importantes para ti mismo, poderte complacer de vez en cuando con algo que realmente te motive, lograr un ahorro para un proyecto de futuro, etc... Verás como el esfuerzo merecerá la pena.
Otra manera de encararlo sería fijarse un objetivo de ahorro semanal. Si por ejemplo nos proponemos un ahorro de 12 euros semanales en este tipo de "pequeños caprichos", lograríamos ahorrar al cabo del año nada menos que 600 euros.
Si lo consigues, ese dinero que vas a ahorrar lo puedes dedicar a cosas más importantes para ti mismo, poderte complacer de vez en cuando con algo que realmente te motive, lograr un ahorro para un proyecto de futuro, etc... Verás como el esfuerzo merecerá la pena.