martes, 29 de octubre de 2013

Un método que funciona para la gestión eficaz de la economía doméstica

En este artículo doy las claves de un método sencillo y práctico que ha conseguido que muchas familias lleguen a final de mes con menos agobios y empiecen a hacer planes de futuro con sus ahorros.

¿A quién va destinado este método?

A todas las familias que, teniendo ingresos, encuentran dificultades para llegar a fin de mes y no tienen claro en qué se les va el dinero.
También a aquellos que, teniendo una situación económica más desahogada, quieran estar mejor protegidos frente a situaciones imprevistas que puedan producirse (bajadas salariales, despidos, gastos extraordinarios...).
Por último, a todos aquellos que quieran tener un mayor control sobre su economía doméstica para alcanzar metas que hoy por hoy no se pueden permitir.

¿Quién debe involucrarse?

No basta con que se ponga a ello el cabeza de familia o el ama / amo de casa. Toda la familia debe implicarse en la medida en que todos contribuyen a generar el gasto.

¿Cuánto tiempo es necesario?

No es un método que requiera grandes dosis de dedicación. Bastará con un par de horas al principio, algún rato suelto a diario para apuntar los gastos y aproximadamente una hora al mes para actualizar el presupuesto familiar.

¿Cuándo se empiezan a ver los resultados?

Si se siguen las pautas y recomendaciones, es fácil que se vean los primeros resultados a partir del segundo mes de trabajo. Además, al cabo de un año, la economía familiar habrá experimentado una mejora significativa y gozará de una posición más saneada.

Pasos a seguir

Se trata de un método que consta de 10 pasos. Vamos a dar unas breves pinceladas de cada uno de ellos. En próximos artículos entraremos más en detalle en cada uno.


Paso nº 1: Definir nuestros objetivos económicos

Si no expresamos claramente a dónde queremos llegar, cuáles son nuestros deseos, difícilmente los alcanzaremos. No se trata de decir generalidades, sino de definir con claridad qué metas queremos lograr a nivel económico en el futuro. 

Es importante ser concreto y realista, tanto en la elección de los objetivos como en el plazo que nos marcamos para llegar a ellos. Es fundamental ponerlos por escrito, pues nos comprometeremos más y nos servirá de motivación.

También se aconseja cuantificar cada objetivo. De esta manera, tendremos una idea más precisa del esfuerzo que necesitaremos para llegar a él.

Paso nº 2: Llevar un control diario de nuestras entradas y salidas de dinero

El siguiente paso es conocer nuestra situación de partida. Por mi experiencia, pocas familias saben identificar con precisión en qué se les va el dinero. Tienen claro cuáles son sus ingresos y lo justos que llegan a fin de mes (si es que llegan). Conocen por encima los grandes gastos mensuales (hipoteca / alquiler de la vivienda, luz, teléfono, seguros de la casa y el coche...) pero poco más. Es importante identificar todas y cada una de nuestras partidas de gasto para, a continuación, identificar cuáles son prescindibles y en cuáles es posible ahorrar.

Paso nº 3: Elaborar el presupuesto familiar

Si no hacemos una previsión de los gastos que están por llegar y en qué momento se van a producir, es muy probable que algún mes nos llevemos una sorpresa desagradable. Un imprevisto o un gasto extraordinario que no recordábamos nos pondrán en una situación comprometida si no estamos preparados. 

Además, el presupuesto familiar es una herramienta que nos permitirá hacer planes de futuro. Será nuestra herramienta para tomar decisiones importantes que conlleven un gasto. De esta forma intentaremos llevar nosotros el control de la situación y no al revés.

Paso nº 4: Conocer y calcular los semáforos de nuestra economía doméstica

Hay una serie de reglas y cálculos que nos pueden ayudar a saber en qué situación estamos, nos dicen si es preocupante y si estamos cerca o lejos de solucionarla. Se trata básicamente de calcular cuál es nuestra capacidad de ahorro, nuestro nivel de endeudamiento y el fondo de emergencia. Estos indicadores nos permitirán además ir midiendo si nuestra situación mejora o empeora con el paso del tiempo.

Paso nº 5: Aprender y poner en práctica hábitos para reducir nuestros gastos

Todo margen de mejora sobre nuestra situación actual pasa por conseguir cierta capacidad de ahorro. Veremos en qué partidas podemos lograr ahorros significativos siguiendo una serie de pautas y consejos. Gastar menos es posible si se sabe dónde y cómo actuar. Lógicamente serán necesarios ciertos sacrificios, pero seguro que compensan con la satisfacción de estar cada vez más cerca de nuestro objetivo.

Paso nº 6: Conocer nuestras fuentes de financiación

Es importante identificar los préstamos y tarjetas que tenemos, además de las características de cada operación de financiación que hemos contratado. Si no disponemos de esta información, acudiremos a las entidades correspondientes para que nos la entreguen.

Debemos analizar detenidamente la documentación para conocer los costes de cada operación, sus ventajas e inconvenientes y detectar también los posibles abusos y trampas en los que tal vez hayamos caído.

Paso nº 7: Priorizar nuestras deudas

Es fundamental hacer una relación de todas nuestras deudas, con sus correspondientes características y condiciones. Las ordenaremos de mayor a menor coste financiero (podemos utilizar para ello la TAE). Este ejercicio nos ayudará para acometer la siguiente tarea: definir un plan de amortización de deudas que nos permita a reducir nuestro nivel de endeudamiento.

Paso nº 8: Decidir a qué destinar nuestro ahorro

Con todo lo hecho hasta el paso nº 5 y algo de tiempo tenemos que ser capaces de equilibrar nuestros ingresos y gastos y conseguir incluso cierto nivel de ahorro. A partir de aquí es clave decidir a qué destinos prioritarios debemos dedicar estos ahorros para alcanzar lo antes posible nuestros objetivos. Mi propuesta es: 1º) Amortizar anticipadamente las deudas, empezando por las más gravosas. 2º) Construir nuestro fondo de emergencia (un dinero destinado a cubrir imprevistos y gastos extraordinarios). 3º) Ir abasteciendo nuestra bolsa de ahorros.

Paso nº 9: Conocer las alternativas para invertir bien nuestro dinero

Llegados a este punto, habremos conseguido ya un cierto nivel de ahorro que no podemos dejar parado, pues la infracción hará que ese dinero valga menos cada día.

Debemos documentarnos y estudiar las opciones disponibles para lograr una rentabilidad aceptable en función del riesgo que estemos dispuestos a asumir.

Paso nº 10: Medir el grado de consecución de nuestros objetivos

Al menos una vez al año debemos evaluar si los pasos que estamos dando nos acercan a los objetivos que nos hemos marcado. ¿Estamos ahorrando? ¿Cuánto? ¿Qué deudas hemos eliminado o amortizado aunque sea parcialmente? ¿Hemos conseguido reunir un fondo de emergencia? ¿Hemos invertido adecuadamente nuestros ahorros?...

Si fuera necesario, retocaremos o replantearemos nuestros objetivos y el plazo que nos hemos marcado para llegar a ellos.


Como os decía al principio, iré explicando todos estos pasos en artículos específicos. Algunos temas ya los he explicado anteriormente en artículos que podéis consultar aquí:

viernes, 18 de octubre de 2013

¿Cómo afecta la prima de riesgo a la economía familiar?

En este artículo vamos a hablar de la "famosa" prima de riesgo. Contaremos en qué consiste, cómo se calcula y cómo afecta tanto a los países como a las entidades financieras, las empresas y las familias. También daremos algunos consejos para llevar sus consecuencias lo mejor posible. 

¿Qué es la prima de riesgo?

La prima de riesgo mide la recompensa por arriesgar más en una inversión. Vamos a verlo con un ejemplo:
Supongamos que tenemos un dinero ahorrado y queremos invertirlo en un banco. El banco A nos ofrece un 1% de rentabilidad, se trata de una entidad que funciona muy bien, es solvente y nos da bastante confianza. Por otro lado, el banco B nos ofrece un 3% de rentabilidad, pero en cambio se trata de una entidad que tiene pérdidas y hay rumores de quiebra. Tenemos dos opciones, poner el dinero en el primer banco y obtener menos beneficios o arriesgar en el otro banco para conseguir más rentabilidad. En este caso la prima de riesgo sería esa diferencia entre el 3% y el 1%. Es decir, la prima de riesgo por invertir en el banco B sería de 2 puntos.

Bien, pues a nivel de los estados ocurre lo mismo. Los países necesitan emitir deuda pública para financiarse. Los inversores para comprar esa deuda exigen una cierta rentabilidad, que dependerá de la confianza en que se les va a pagar. Cuanta más desconfianza hay, más recompensa exigirán los inversores y, por tanto, mayor será la rentabilidad.

¿Cómo se calcula?

La prima de riesgo coge como referencia una inversión segura y después la compara con la inversión que se quiere realizar. En el caso de las deudas públicas europeas Alemania es el punto de referencia. ¿Por qué Alemania? Pues porque es el país con más peso y que mejor va de Europa.

Como vara de medir se utilizan los intereses que ofrecen los países por los bonos a 10 años. Supongamos que Alemania paga un interés del 1,8% y España un 4,2%. La prima de riesgo de España será la diferencia entre el 4,2 y el 1,8, es decir, 2,4 puntos porcentuales. Para llegar a las cifras que vemos siempre en los medios de comunicación hay que multiplicar por 100. Así, en este caso serían 240 puntos básicos.

Por tanto, y como resumen, diremos que la prima de riesgo es el mayor coste que debe asumir un país cada vez que se tiene que financiar si lo comparamos con Alemania.

¿En qué nos afecta una subida de la prima de riesgo?

Afecta al país: el incremento de la prima de riesgo encarece la financiación del Estado, es decir, el Estado tiene que pagar más dinero para colocar su deuda.
Afecta a las entidades financieras: los bancos van a tener un coste mayor para captar dinero y trasladarán esos costes a los préstamos que conceden a empresas y ciudadanos.
Afecta a las empresas: las empresas tienen que pagar más por sus préstamos y este mayor coste las hace menos competitivas frente a empresas de otros países. En el peor de los casos puede haber proyectos que se queden sin financiación y ello provoca que algunas tengan que despedir a parte de sus empleados.
Afecta a los ciudadanos: las familias somos el último eslabón de la cadena, en nosotros termina todo y, por tanto, a nosotros nos llegan todos los efectos.
- Si el estado necesita más dinero para financiarse, nos sube los impuestos.
- Si los bancos endurecen las condiciones de los préstamos, una parte de los ciudadanos se queda sin acceso a ellos. Y los que lo consiguen, es a un coste mayor.
- Como las empresas también tienen que pagar más dinero por los préstamos, intentan compensar al menos una parte subiendo el precio de los productos o bajando costes con, por ejemplo, bajadas en los salarios.
- Si las empresas no tienen financiación y se paran sus proyectos, necesitarán menos trabajadores y habrá despidos.

Por tanto, si sube la prima de riesgo, el efecto para las familias será:
- Más impuestos
- Préstamos más caros y más difíciles de conseguir
- Subida de precios
- Sueldos más bajos
- Más paro
- Menor capacidad de consumo

¿Qué ocurre cuando la prima de riesgo baja?

Cuando la prima de riesgo -en lugar de subir- baja, deberíamos en teoría esperar los efectos contrarios. Sin embargo, hemos visto una bajada de la prima española de 600 a 400 puntos y, recientemente, al entorno de los 250-240 puntos, y sin embargo ni nos han bajado los impuestos, ni es más fácil el acceso al crédito ni bajan los precios, ni hay más trabajo...

Con este tema ocurre como con el precio de los combustibles. Cuando sube el precio del petróleo nos suben el precio de la gasolina, pero en cambio, cuando baja el precio del petróleo apenas se nota en el precio de la gasolina... Como decimos, los ciudadanos somos el último eslabón de la cadena y da la sensación de que -ocurra lo que ocurra- vamos a estar pagando las consecuencias. En todo caso, a medio o largo plazo, seguro que nos va mejor con primas de riesgo bajas.

Consejos para las familias

Podemos tener la sensación de que poco o nada podemos hacer ante este tipo de movimientos macro-económicos y que simplemente nos tenemos que aguantar y dejar caer el chaparrón. Esto no es así. Los ciudadanos, dentro de nuestras posibilidades, sí podemos actuar, si no para evitar las consecuencias, sí al menos para intentar mitigar los efectos. Siguiendo estas pautas y consejos nuestra economía familiar será más fuerte y, por tanto, menos vulnerable:

1) Llevar un mayor control de nuestra economía doméstica nos permitirá manejar de forma más eficiente un presupuesto que cada vez es más ajustado. Para ello aconsejamos tener el hábito de elaborar un presupuesto familiar y actualizar mensualmente su información, Esta herramienta básica nos permitirá conocer en qué se nos va el dinero y hacer previsiones de futuro.
2) A partir de este primer paso, recomendamos establecer una pauta mensual de ahorro, cada uno en función de sus posibilidades. En estos tiempos en los que es tan difícil llegar a fin de mes, hablar de ahorro puede parecer una quimera para muchos. Sin embargo, con independencia de nuestro nivel de ingresos, cualquier mejora de nuestra situación pasa necesariamente por equilibrar gastos e ingresos hasta conseguir un pequeño remanente por pequeño que sea. El truco para conseguir esto es no esperar a fin de mes, sino más bien al revés, que este ahorro sea el primero de los cargos que tenemos en nuestra cuenta bancaria tan pronto nos ingresan la nómina. 
3) Este ahorro lo destinaremos en primer lugar a reducir en la medida de lo posible nuestro endeudamiento. Una familia menos endeudada será menos vulnerable. Para ello empezaremos por amortizar en primer lugar los préstamos que nos resultan más gravosos (aquellos por los que pagamos un interés más alto). 
4) Una vez conseguido esto, destinaremos el ahorro a conseguir un fondo de emergencia, es decir, un remanente que nos permita prevenir situaciones complicadas e imprevistas. Se suele recomendar tener un fondo de emergencia que cubra al menos entre 3 y 6 meses de gastos familiares. No obstante, en tiempos de incertidumbre como los actuales, no estaría de más superar esta cantidad.

Todo esto, que puede parecer complicado, es posible. En un próximo artículo explicaremos cómo hacerlo con un método que funciona y que ya ha ayudado a muchas familias.