Con frecuencia me encuentro con familias que tienen que afrontar una situación de apuro económico, necesitan con urgencia dinero y no saben dónde acudir. Antes de abordar el tema, recuerdo a todos mis lectores que con una buena planificación de nuestra economía doméstica, en principio no deberíamos llegar a esta situación, pues para ello habremos ido construyendo nuestro fondo de emergencia.
En todo caso, puede ocurrirnos que nos veamos ante una necesidad imperiosa de afrontar un pago, un gasto extraordinario o un imprevisto y no tengamos dinero. ¿Qué opciones tenemos? La OCU ha publicado un artículo muy interesante en el que aborda las diferentes posibilidades ordenadas de menos a más caras. Básicamente son seis:
1. Solicitar un préstamo a amigos o familiares.
2. Pedir en el trabajo un anticipo o un préstamo.
3. Exprimir nuestra cuenta bancaria hasta dejarla en números rojos.
4. Recurrir a la tarjeta de crédito.
5. Pedir un préstamo personal al banco.
6. Pedir un préstamo a una entidad de dinero rápido.
Como os decía al principio, lo ideal es recurrir a nuestro fondo de emergencia para no depender de nadie. Tal y como explico en mi método para la gestión eficaz de la economía doméstica, deberíamos intentar construir poco a poco una reserva de dinero destinada precisamente a cubrir posibles gastos imprevistos, extraordinarios o necesidades puntuales de dinero.
Si esto no es posible, la opción más económica sería solicitar un préstamo a algún familiar o amigo. Desde mi punto de vista esta es una alternativa bastante delicada, pues involucramos a personas de nuestro entorno en nuestros problemas económicos. Sólo deberíamos recurrir a ello si tenemos la absoluta certeza de que podremos devolver el préstamo en un plazo razonable. También sería aconsejable poner por escrito el compromiso de amortización, de esta forma nos obligamos más. He visto en muchas ocasiones cómo se empiezan a dilatar en el tiempo este tipo de deudas, generando entonces un nuevo problema, esta vez personal. En el siguiente enlace tenéis información sobre como "oficializar" un contrato de préstamo familiar. Y en este otro enlace podéis ver un ejemplo de contrato que os sirve como modelo.
La opción de pedir un anticipo en el trabajo me parece una alternativa bastante razonable y además no debería suponer ningún coste. Para cantidades pequeñas, un anticipo de nómina es una buena solución. Pero ojo, tenemos que entender que es una situación puntual, no podemos estar pidiendo anticipos de forma permanente. Además, debemos tener cuidado para no vernos en un apuro todavía mayor al mes siguiente, pues lógicamente la empresa nos descontará el anticipo en la siguiente nómina. Más información en este enlace. Por otra parte, si la cantidad que necesitamos es alta, tal vez nos puedan conceder un préstamo a un precio más ventajoso que un banco.
Para el resto de opciones tenemos que recurrir a entidades financieras, lo cual implica costes importantes. Es primordial informarnos bien de las condiciones. Cuidado: no nos dejemos llevar por los intereses nominales, pues son engañosos. Tenemos que preguntar por el TAE, que además de recoger el interés, incluye también las comisiones. Por tanto, para comparar las condiciones entre diferentes préstamos, deberemos utilizar siempre el TAE. Actualmente las entidades financieras ofrecen TAEs que oscilan entre el 10% y el 13% en función de la vinculación.
Otra opción es exprimir la cuenta bancaria hasta dejarla en números rojos. No es una buena idea, pues el banco nos va a cobrar una comisión sobre el saldo deudor por el mero hecho de quedarse por debajo de cero que suele situarse entre 15 y 20 euros. Además, nos cobrarán una comisión por reclamación de descubiertos que puede estar entre 25 y 40 euros. A todo esto hay que sumarle también los correspondientes intereses de demora, con porcentajes que van del 4% al 10%.
Una alternativa habitual para muchas familias es recurrir a las tarjetas de crédito. Permiten hacer una compra y aplazar los pagos en "cómodas" mensualidades. Tenemos que tener mucho cuidado con esto, porque supone una trampa de la que es difícil salir. Los intereses que nos cobran son muy altos (algunas entre el 13% y el 16%, pero muchas por encima del 20%) y, si no tenemos cuidado, la bola puede ir creciendo y creciendo.
Cuando el acceso al préstamo se complica en las entidades financieras habituales, muchas familias recurren a las entidades de crédito rápido. Su llamativa publicidad y los pocos requisitos que piden las hacen una opción muy socorrida. Pero ojo, el TAE en estos casos suele ser muy elevado, casi siempre por encima del 25%... Debemos sopesar muy bien las implicaciones de meternos en una de estas operaciones y no poder afrontar después los pagos. Si esto ocurre, es probable que sea el principio del fin para nuestra economía doméstica. Sé que suena muy mal, pero es que la realidad es todavía peor...
Cuando el acceso al préstamo se complica en las entidades financieras habituales, muchas familias recurren a las entidades de crédito rápido. Su llamativa publicidad y los pocos requisitos que piden las hacen una opción muy socorrida. Pero ojo, el TAE en estos casos suele ser muy elevado, casi siempre por encima del 25%... Debemos sopesar muy bien las implicaciones de meternos en una de estas operaciones y no poder afrontar después los pagos. Si esto ocurre, es probable que sea el principio del fin para nuestra economía doméstica. Sé que suena muy mal, pero es que la realidad es todavía peor...
Para finalizar, reproduzco aquí un extracto de mi artículo La trampa de los créditos rápidos en el que daba las claves para evitar caer en el pozo del endeudamiento:
1) Intentar mantener en el día a día una situación saneada, evitando incurrir en gastos que no podemos asumir.
2) No solicitar nunca un préstamo si no tenemos antes un plan claro y realista para devolverlo.
3) No aceptar ni firmar sin antes haber leído y comprendido bien los detalles de la operación. En caso necesario, pedir ayuda a un profesional que nos asesore.
4) Intentar ir adquiriendo nociones básicas sobre economía familiar. Hoy es fácil encontrar bibliografía sobre este tema y hay además abundante información en la web en páginas como esta y similares. También se realizan en algunas ciudades talleres prácticos sobre economía doméstica.
En todo caso, la clave es remontarnos al origen: ser disciplinado en el día a día y seguir un método que nos permita una gestión eficaz de nuestra economía doméstica para no vernos en la necesidad de endeudarnos más de lo necesario.
Gracias por este interesante articulo. Es muy necesario que la gente sepa en que se meten cuando piden un prestamos para evitar males mayores.
ResponderEliminarLa disciplina es lo mas importante a la hora de endeudarse. Para mi lo ideal son los bancos, tienen una tasa de interés baja y no corre peligro tu amistad, como cuando te endeudas con amigos o familia. Excelente post
ResponderEliminarMuy acertadas las advertencias sobre los créditos rápidos y las TAEs que aplican, en muichas ocasiones son exageradas.
ResponderEliminarMuy acertadas las advertencias sobre las elevadas TAEs de los créditos rápidos, en muchas ocasiones son elevadísimas.
ResponderEliminarExcelente post. Me ha servido ha día de hoy.
ResponderEliminarSaludos